Este libro de relatos nos invita a ver en el deseo la capacidad de hacernos un mundo poético a nuestra medida donde poder habitar. Un suelo desde el que contemplar el infinito estado de abierto de cuanto nos rodea, esa inmensidad incomprensible en la que se sumergen los amantes, pobres locos atrevidos o pasmados de miedo ante la nada. Amar parece una herida abierta sólo cuando, desesperadamente, se trata de cerrar ese abismo que no remite más que a nuestra condición existencial.
El libro sitúa al lector en un punto donde poder mirar, sin ser visto, pequeñas fotografías afectivo sexuales que van desplegando un juego que no es otro que el de la vida, y en esa trampa, lo hace adentrarse en su propia experiencia, le toma de la mano en el camino en el que todos estamos solos. Oponer deseo a necesidad es una manera de llamar a la autonomía en el trabajo de salirse de las sujeciones, respirar un momento en libertad y fabricar, como quien hace el amor, un territorio por el que adentrarse, insistiendo en lo que nos hace bien y desechando lo que nos descompone.
"Transiciones del deseo o de cómo la boca se abre para tener hambre" explora una pequeña parte de las infinitas posibilidades sin forma que el deseo puede adquirir, cuando no es un objeto externo lo que queremos, sino ese conjunto espléndido de cosas que se desprenden de cualquier acontecimiento mientras abrimos la boca para tener hambre.
